La comunicación alternativa es el estado embrionario de un nuevo paradigma comunicacional, donde la gente que había asumido históricamente un papel pasivo ante los medios de comunicación adquiere ahora un protagonismo central. Ya no se trata de ver, oír o leer lo que nos dicen, sin un sentido crítico, ahora tenemos la posibilidad de hacer la comunicación que queremos, nuestra voz ha comenzado a tomar nuevas fuerzas y a generar un nuevo paradigma de comunicación donde el mensaje no pertenece al dueño del medio y donde se establece una relación dialógica con la comunidad, con los usuarios y con las instituciones del Estado para crear el real PODER POPULAR.

miércoles

¿A QUIEN LE IMPORTA LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA?


Editorial La Mancha 43
JULIO 2007

Volvemos una vez más sobre el tema de cómo funcionan los proyectos de comunicación alternativa y comunitaria impresa. En muchos de nuestras editoriales y en casi todos nuestros números hemos querido mantener una sostenida reflexión acerca del trajinar de estos proyectos entre sí, en su relación con su tejido orgánico social y muy especialmente en su relación con el Estado y sus instituciones.

En plena construcción del socialismo bolivariano, en plena construcción de un proyecto político único en la historia como lo es (esperamos que así sea) el PSUV, insistimos nuevamente y cuantas veces sean necesarias, en la necesidad imperiosa de discutir entre todos acerca de la estructura comunicacional que acompañará y ayudará a construir esta nueva sociedad, esta patria buena.

Volvemos a poner el acento en la manera como desde las instituciones del Estado entienden y manosean la comunicación alternativa. Pudiéramos hacer una radiografía íntima de nuestros periódicos alternativos y comunitarios y veríamos rápidamente las tremendas penurias y dificultades que necesitamos superar de cara a cada edición que lanzamos a la calle. Existe una política de apoyo, es verdad, pero esta política es incierta, improvisada, de corta vista y a veces es realmente imperceptible.

Pensamos que una cosa es una frase estridente del Comandante Chávez indicando la creación de una macro política estatal y otra cosa muy diferente es que se creen los espacios y mecanismos que permitan que esta nueva política revolucionaria llegue a sus destinatarios naturales. Ya hemos visto algunas colisiones en Aló Presidente y otros espacios donde vemos estrellarse la visión de éste o aquel ministro con la de un ciudadano común, dejando en evidencia que aquella frase de Chávez se quedó atascada en alguna mala índole o en algunas manos no ganadas para la construcción del socialismo.

La institucionalidad del Estado sigue midiendo nuestro accionar con parámetros que no se adaptan ni a la velocidad ni a la realidad ni al sentido profundo de transformación que impulsa a los medios alternativos y comunitarios. En oportunidades ha sucedido que varios colectivos organizados envían un proyecto a una institución estatal y esta, un año después y desconociendo el proyecto presentado originalmente intenta “apoyar” a lo alternativo de una manera torpe e irrespetuosa. Dentro de las instituciones, aun las creadas recientemente no existe la cultura de relación con estos colectivos que emergen desde el poder constituyente y va reestableciendo una manera de comunicación popular, legítima soberana y no controlada por nadie.

No hay en las instituciones el menor indicio de querer sentarse a discutir la verdadera importancia de los alternativos, tímidamente algunas instancias piensan en incrementar de manera insignificante la cantidad de pautas publicitarias asignadas a éstos colectivos, perpetuando la perversa relación mercantil heredada del capitalismo. Nadie parece querer sentarse a pensar otras figuras que rompan con los parámetros del Estado burgués que aun nos rige. Las instituciones estatales no han podido relacionarse, acompañar, estimular y apoyar sin cargar a cuesta el fantasma de querer dominar el proyecto que apoyan, para que no salte desde allí ninguna crítica, para que la institución siempre quede como inmaculada. Parecen apoyar a cambio de la incondicionalidad.

Nada más alejado de la naturaleza de la comunicación alternativa que hipotecar su libertad. Mientras este fantasma camina por Venezuela los grandes conglomerados comunicacionales siguen siendo los preferidos para hacerle propaganda al socialismo, esta paradoja forma parte de la realidad, mientras los medios alternativos y comunitarios paren a la espera de las respuestas burocráticas y proponen planes para las transformaciones profundas que exige nuestra realidad, los capitales fluyen hacia la eternización del modelo comunicacional heredado. Volvemos una vez más a llamar la atención sobre estos puntos mientras lanzamos nuestro número 43 a calle a pulso, sin ninguna pauta publicitaria y luego de seis ediciones con sólo una pauta desde la Dirección General de Medios Alternativos y Comunitarios del MinCI.